La tormenta después de la calma
La definición de mujer que ofrece cualquier diccionario básico no podría ser más simple. Proviene del latín “mulĭer”. Ojalá en la realidad todo fuera así de sencillo. La verdad es que el género femenino no es fácil de explicar mucho menos de entender; entonces ¿para que entrar en complicaciones?
La respuesta que tanto buscan los hombres luego de que termina una relación corresponde a una pregunta que evitan hacerse mientras “las cosas marchan bien” y a la que recurren cuando la tormenta de la ruptura no deseada y mucho menos anunciada, quebranta la sana –o tal vez insana- paz de la pareja.
Ante esa circunstancia el hombre que ya se ha comprometido emocionalmente –quizás sin haberlo advertido antes- se llena la cabeza de dudas y hasta alguna maldición que no se le hubiera ocurrido en otra circunstancia.
Sin embargo, cuestionamientos sordos sólo lo harán perder el tiempo sin conseguir nada a cambio. A la mujer, vaya, se le gana de otra manera.
El primer paso consiste en identificar la causa del problema, léase en este caso separación, que en el 99.9% de las veces se debe a la incomprensión que “uno” tiene respecto al “otro”. Ahí es donde está la raíz del desencuentro.
Antes de entrar en pánico –porque los hombres también temen- es necesario partir de una premisa irrefutable: no hay nada más distinto que un hombre y una mujer. Pensamos diferente, físicamente somos diversos, obvio, actuamos de acuerdo a roles sociales a veces muy polarizados y, peor aún, no amamos igual.
Más allá de lo evidente, es decir de las características biológicas, también tenemos que concentrarnos en los modos de ver el mundo desde la perspectiva de un varón y de su no tan frágil contraparte.
Por principio de cuentas, siempre será muy recomendable mejorar la comunicación aunque llevar esto a la práctica es otro enredo porque entra en juego un término que parece inofensivo pero que requiere estar a la altura del conflicto: empatía, es decir, aprender a ver las cosas desde una perspectiva que no es la propia y que hasta puede ser diametralmente opuesta.
Valiente, pues, el hombre que se atreva a pensar como mujer. No es broma, lo digo muy en serio. Inteligente el que al menos esté dispuesto a intentar semejante hazaña –por lo cual de entrada Usted merece más que mi absoluto respeto- considerando que en el fondo del dilema entre un hombre y una mujer suele estar la falta de comprensión. Todo en esta vida se reduce a un tremendo lío: “Ni yo me explico, ni tú me entiendes”.
Empatía. Curioso vocablo. A la hora de analizarlo nos encontramos con que esta palabrita proviene del vocablo antiguo εμπαθεια, formado εν, "en el interior de", y πάθoς, "sufrimiento, lo que se sufre". En pocas palabras, es la capacidad que debemos tener todos, independientemente del género, para percibir, en un contexto compartido como es el de la pareja, lo que la otra persona guarda en su corazón, lo que le aflige, aquello que le quita el sueño.
De estos y otros temas habremos de ocuparnos en su debido momento. Por lo pronto el primer paso es saber que cuando la mujer se va no todo está perdido sobre todo si Usted está decidido a recuperarla y está listo para dar la pelea, iniciar la batalla, el agarrón, emprender la lucha hasta el final, cueste lo que cueste, termine como tenga que ser.
Siéntase advertido: el proceso será arduo, exigente, a ratos agotador. Le causará desánimo, desilusión, rabia, incertidumbre, vacío. Probablemente no será breve y a ratos estará tentado a tirar la toalla. Requerirá de su parte un auto diagnóstico exhaustivo, una reflexión sobre las posibles causas del distanciamiento y la naturaleza de la mujer con la que se ha estado –cierto, no todas somos iguales-, una disposición no al cambio, pero si a la moderación en el comportamiento que pudo haber provocado el reversible desenlace (porque las mujeres siempre decimos que los hombres tienen la culpa, impresión que usted puede revertir, ya verá cómo), un intento serio de empatía y, por último, la determinación del valor real que la relación tiene en su vida.
Estos aspectos serán claves para resolver el dilema amoroso.
Llegado a este momento, hay algo que se puede constatar: definitivamente Usted está dispuesto a crecer en el proceso y al final proclamarse vencedor; de lo contrario, no hubiera invertido ni un minuto de su tiempo en seguir estas líneas que seguramente ahora le harán pensar en qué es lo que sigue.
Por lo pronto, le hago una promesa: reconquistar a la mujer amada, deseada, esa que es a todo dar y que extraña será una aventura que valdrá la pena vivir. Comencemos, pues.
Julieta Romeo ha escrito y publicado una variedad de artículos enlazados con las relaciones de parejas. Para mas informacion visite su pagina de internet. http://www.recuperatuesposa.com
Problemas Pareja
Fuente: de Articuloz.com
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